Los nombres propios están íntimamente relacionados con la mayúscula, pues esta tiene la función de demarcarlo ante los nombres comunes.
Un nombre propio es utilizado para nombrar sustantivos únicos, es decir: que individualiza. Si el nombre propio individualiza podemos identificar específicamente a personas, animales, lugares geográficos, obras de creación…
Otra de las característica de los nombres propios es que no están en los diccionarios a pesar de ser sustantivos.
En este listado encontrarás las categorías que te ayudarán escribir correctamente los nombres propios, comunes y expresiones denominativas:
Nombre común como propio
Cuando un nombre común es utilizado para identificar o individualizar. Por esta razón, sustantivos como rosa, ángel, flor, etc. cuando se refieren a nombres de personas se escriben con mayúsculas: Rosa Castillo, Ángel Cruz, Flor Cano. Hay otros procesos por los que un nombre común pasa a ser propio: antonomasia y la personificación —los veremos en otro post—.
Nombre propio como común
Tal como pasa con los nombres comunes, los nombres propios pueden dejar de individualizar un elemento de la realidad y pasar a formar parte de una categoría, es decir: adquiere significado léxico. Es lo que pasa cuando el nombre de una marca pasa a nombrar un producto u objeto con él asociado: un rioja (cierta clase de vino), un cabrales (cierta variedad de queso), unos quevedos (cierto tipo de lentes), un panamá (cierto tipo de sombrero), una rebeca (cierta prenda femenina), etc. (Ortografía de la lengua española, 2010).
Nombres propios genuinos
Además de que los nombres comunes funcionen como propios o viceversa, los hay también genuinos, que son los nombres de personas (Mario, Antonio, Sara, Estuardo) y los de lugar (América, Asia, México, Guatemala).
Expresiones denominativas
Están formadas por palabras del léxico común o por una combinación de sustantivos comunes y propios; estas se refieren a entes únicos (instituciones, organismos, acontecimientos, obras de creación, etc.) con una función claramente singularizadora: Asociación Guatemalteca de la Lengua, Municipalidad de Amatitlán, Primera Guerra Mundial, Hombres de maíz.
Las expresiones denominativas se caracterizan por tener una estructura fija y por la imposibilidad de agregar otros términos a su estructura original o modificarla.
Además, establecen concordancia con el sustantivo genérico que designa al referente y no con la morfología de las palabras que componen la denominación: Médicos del Mundo se refiere a un organismo, y no a los médicos de todo el mundo, por eso la concordancia de número es en singular.
También se debe tomar en cuenta que las expresiones/etiquetas denominativas no expresan el significado de cada uno de sus términos en su conjunto: Amnistía Internacional no se refiere a una amnistía, sino a un organismo internacional de derechos humanos, lo mismo sucede con México Posible que no es el nombre de un país, sino de un partido político.
¿Para qué es necesario conocer los rasgos de los nombres propios y de las expresiones denominativas? Para emplear correctamente la mayúscula.
Espero que esta breve exposición te oriente a la hora de escribir nombres propios o expresiones denominativas.
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